¿Se comercializarán algún día las latas de conchas de mar enlatadas?

De conchas, de esas que a casi todos nos gusta coger en la playa, de esas que son la coraza de algunos moluscos. Y no me refiero a latas hechas de conchas o con forma de concha, sino a las que contienen conchas. La conquiolina, el carbonato cálcico … Al menos fibra y calcio sí tendrán que tener y, cuando se agoten las idas y venidas con los productos de siempre —que si el vino y el chocolate son estupendos tomados con moderación, etc.—, puede que sea un universo nutricional por descubrir y a las que, ante todo sacar partido comercialmente.

El otro día abrimos en casa un lata de machas de Noly. Estaban buenas. En una de esas tiradas de cubierto al agua con sal que las contiene encontramos un trozo de concha, de un tamaño respetable y con la parte tronchada terminada en tres puntas cortantes. Uno de esos trozos tenía el tamaño suficiente para hacer polvo el implante que tanto te ha costado o, en caso de despiste o prisa, para fastidiarte la garganta o atragantarte. Por cierto, envié a la empresa conservera un correo usando el que ellos señalan en su página web. Han pasado un par de semanas y lo cierto es que me extraña su silencio. ¿Será que están ocupados y no han podido leer o contestar a una comunicación que simplemente pretende poner en conocimiento del responsable un hecho que puede llegar a afectar a la salud pública? ¿No revisan su correo, consideran que este incidente no es importante o no esperan este tipo de comunicaciones? Yo pienso bien siempre, o al menos lo intento, así que supongo que debe de ser lo primero. Tengo que decir que a mí siempre me molesta bastante encontrarme arena o partes minúsculas de concha en las latas, pero creo que de aquí a hallar unos señores trozos de concha hay un trecho.

No sé por qué, pero esto me ha recordado una de mis primeras visitas a un supermercado de las afueras de Moscú. En aquella época no tenía apenas tiempo libre, estaba hambrienta y, acostumbrada a las conservas de diversos pescados que tenemos siempre a mano por estos lares, me dispuse a intentar encontrar una lata que incluyera algún tipo de carne de cualquier animal marino comestible para ponerla entre pan y pan. No sabía nada de ruso, así que me fié de la foto que aparecía en la lata en cuestión: un pez desconocido nadando feliz entre frondosas algas. Lo cierto es que se veían muchas algas, pero en aquel momento no le di mayor importancia y ya me estaba relamiendo con la sola idea de catar algo de pescado enlatado. Mi gozo en un pozo; el pescado todo en el mar y las algas llenando por completo mi preciada y cara lata. Los comentarios que obtuve ante el relato de mi error fueron del tipo: si es que tienes que aprender ruso, si es que te tienes que fijar más, las algas tienen más nutrientes y son más sanas que todo el pescado azul de este mundo … En fin, que después de escupir gran parte del bocadillo de algas —lo que me confirmó que no tendría tanta hambre como yo creía— y asumir mi total ineptitud para este tipo de cosas, tuve que pasarme a otros preparados alimenticios.

Volveré con noticias sobre este asunto si las hubiera. Agradezco y valoro mucho, como siempre, cualquier comentario.