“El presunto acusado del presunto delito de robar presuntamente unas canicas a unos niños en la puerta del colegio ha sido presuntamente arrestado y enviado al presunto calabozo”.

Cualquier día oiremos esta noticia en alguna radio. “Presunto” es un calificativo que cada vez se degenera más en su uso por miedo del reportero a meter la ata y se coge la noticia con papel de fumar. A lo que lleva siempre el escaso dominio del lenguaje, básica herramienta de trabajo para un profesional del periodismo.

Lo de “el acusado por el presunto asesinato de su mujer”, lamentablemente tan presente en los medios de comunicación hoy en día, lleva irremediablemente a la conclusión de que no se sabe si su mujer ha sido asesinada. ¿Estará muerta? ¿O estará vivita en la Riviera francesa con su vecino guapo y rico del quinto? Un acusado lo es siempre por un delito, y ya veremos después si es autor de aquello. Si el periodista decide adelantarse al juez y determina que sí, es cuando se debe a aplicar el adjetivo, por la cuenta que le trae.

Por lo que la noticia de arriba se diría también más o menos así: “No estoy seguro de que el que no sé si han acusado o no de algo que me parece que es delito, lo han llevado a un sitio que creo que es un calabozo. Eso sí, lo que es fijo es que unos niños en la puerta del colegio lloraban por sus canicas”.

Ea, pasen todos un presunto buen día.