Reverdecen los centros comerciales,
refulgen miles de luces chillonas,
riegan champanes grandes comilonas,
resuenan petardos en los portales.

Gran muchedumbre sin humanidad,
existencia sin ser, vida sin huella,
belén sin niño, Reyes sin estrella:
una Navidad «sin» no es Navidad.

Hemos llegado ya al final de otro año
llenos de esperanza y buenos propósitos,
gratos e ingratos recuerdos de antaño.

Y con este poema adocenado
les deseo una feliz Navidad
y un año de parabienes colmado.