Alguien me sopla el título perfecto de esta entrada que es un nuevo divertimento con palabras que les propongo.
Se trata de escoger una secuencia de vocablos sin ningún signo ortográfico entre ellos y que dependiendo de cómo se puntúen conforman una frase con un sentido u otro totalmente distinto. Lo explicaré con este ejemplo que será mi primer aporte:
SEÑOR
MUERTO
ESTA
TARDE
LLEGAMOS
Hay que descubrir las diversas frases que pueden construirse respetando el orden de las palabras pero puntuándolas de una forma u otra para encontrar sus distintos sentidos. Ojo, eso incluye también las tildes y diéresis, llegado el caso, como signos ortográficos que son.
Pues la primera es intuitiva: «Señor muerto, esta tarde llegamos». No es del todo descabellada porque bien podría encontrarse en el texto de algún sainete o comedieta que hubieran escrito Carlos Arniches o mis paisanos los Álvarez Quintero.
Pero si hábilmente repartimos unas manchas de tinta aquí o allá, la cosa cambia a: «Señor, muerto está; tarde llegamos».
Anímense, damas y caballeros, hagan juego. Hay algunos casos francamente curiosos. ¿Recuerdan el de aquel rey que en desacuerdo con una sentencia a muerte, a la hora de firmarla cambió una coma salvando de esa forma la vida al reo? ¿O aquel anuncio en prensa solicitando un empleado, que es asu vez protagonista de un chiste?
Muchos saludos muy cordiales para todos y todas ustedes. ¡A divertirse!
Una muy facilita.
NO
ESPERE
No es lo mismo decir «no, espere» que «no espere».
Ahora es habitual encontrar carteles que dicen «PROHIBIDO FUMAR» y en otra línea, «GAS INFLAMABLE».
Pero hace unos cuantos años todavía estaban expuestas al público cosas así: «PROHIBIDO FUMAR GAS INFLAMABLE». De tirón. Por si alguien no lo sabía.
Muy buenas, Milord y Madri:
Qué estupenda idea, Milord.
Sí, Madri, la coma detrás del «no» da mucho juego; demasiado.
Traigo uno muy simplón pero verídico. Recuerdo que había quedado con alguien y que le había mandado un mensaje de texto preguntándole si tenía el informe terminado y si podía quedar conmigo esa tarde, a las seis. Me respondió:
SI LO TENGO ACABADO VOY A VERTE.
Y me dirán que qué tontería, que está claro: «Si lo tengo acabado, voy a verte». Me quedé esperando un ratito, pero al ver que no venía ni me respondía al teléfono, me fui. El caso es que quería decir: «Sí, lo tengo acabado. Voy a verte». Se dio el viaje en balde.
Un cordial saludo.
Buenas tardes:
Oiga, don Milord: estos deberes que nos ha puesto usted son la mar de difíciles, créame, al menos para mí. Así que poco voy a poder colaborar en esta Entrada.
Es que quitando los casos de muy pocas palabras (del tipo No lo dudes nunca: te querré. / No lo dudes: nunca te querré.) no resulta fácil construir dos frases gemelas (o por lo menos mellizas) que tengan doble sentido (y, a ser posible, que sean graciosas. Ja, ja, pues no pide usté ná) . Por eso, después de estrujarme las pobrecitas meninges, solamente he sido capaz de sacar esta cosa tan esperpéntica:
Como y ya es suficiente. No se podría pedir más al justo Señor mío que está entre las estrellas.
¿¡Cómo!? ¿Y ya es sufieciente? No sé… podría pedir más al Justo (se supone que Justo es el cocinero del restaurante 🙂 ), señor mío, que está entre las estrellas . (se supone que estrellas Michelín 🙂 ).
Ahí queda eso. Pero en este momento tiro la toalla, don Milord, porque con una vez que haga uno el ganso, es más que suficiente.
Y ahora, haga usted el favor de desembuchar de una vez y cuéntenos cómo son esas dos (por lo menos) que tiene preparadas: la del rey y la del empleado, que el personal empieza a impacientarse.
Un saludo. Hasta ahora.
A mí me parece que está estupendamente, Robin. Ahora sí que viene una que va hacer el ganso. Cojo ese «como» tuyo prestado y propongo algo muy cortito:
COMAN
NIÑOS
POCO
A
POCO
Esto seguía, pero entonces me he topado con un problemilla gramatical. Señoras y señores, por favor, pongan al menos las dos evidentes versiones con la puntuación correspondiente. Y si alguien puede seguir con la oración: ¡adelante!
Hola de nuevo a todos:
Acabo de ver por ahí que mi anterior propuesta era más o menos un clásico. No lo sabía, perdón. Ah, Robin, la del rey y la del anuncio son también dos clásicos, que espero que Milord, cuando bien pueda y naturalmente si le apetece, nos cuente.
Llevo algún tiempo dándole vueltas a este tema y se me ocurren frases demasiado cortas y no graciosas. Creo que Milord nos pide lo contrario. Siento decir que no he llegado de momento a más que a esto:
LA FIESTA TERMINO DESGRACIADAMENTE CUANDO PEDRO QUE ESTABA DANDO LA PENA DE SIEMPRE BAJO LAS ESCALERAS SE DESVANECIO.
Por favor, ¡dad las opciones!, que creo que están bastantes claras.
La fiesta terminó, desgraciadamente, cuando Pedro ─que estaba dando la pena de siempre bajo la escalera─ se desvaneció.
La fiesta terminó. Desgraciadamente, cuando Pedro ─que estaba dando la pena de siempre bajo la escalera─ se desvaneció.
La fiesta terminó desgraciadamente. Cuando Pedro, que estaba dando la pena de siempre bajo la escalera, se desvaneció.
La fiesta terminó, desgraciadamente, cuando Pedro ─que estaba dando la pena de siempre─ bajo la escalera se desvaneció.
La fiesta terminó desgraciadamente. Cuando Pedro, que estaba dando la pena de siempre, bajo la escalera se desvaneció.
Con tanto desvanecimiento, no sé si me he repetido.
Eres simplemente genial, Madri.
Y, además, se podría tener en cuenta lo de «la pena» o «la peña».
Gracias y un beso.
Tonta, es que estoy tonta. Sí, lo había pensado, porque además me parecía más normal que estuviera dando la peña que pena, pero estaba ofuscada con las comas, sólo veía comas…
Jua jua jua, qué cosas más simpáticas se les ocurren, señoras y señores. Esta última de Pedro no pude dar más de sí, qué cantidad de combinaciones. Y la del Justo cocinero, o justo Señor que está en las estrellas, del Sr. Robin, no puede ser más original, nunca mejor dicho.
Y es que es muy divertido encontrar las distintas interpretaciones que pueden tener las misma combinación de palabras pero con puntuaciones diferentes. La de los niños comestibles que propone la jefa de la casa bien podría versionarse de las siguientes formas, a parte de la obvia que ya se nos ofrece sin puntuación:
¡Coman! Niños, poco a poco
¡Coman, niños! Poco a poco.
Y como se nos pide que la continuemos, aquí van algunas posibilidades:
Coman niños poco. A poco… que les guste, pueden repetir.
Otra (algo paranoica, aviso):
Coman Niños Poco A. Poco… después pueden empezar con los Poco B.
En fín, la cosa puede alargarse, y como les tenía prometido desde el principio aquellas dos anécdotas conocidas referentes al juego que dan la posición de las comas y los puntos, ahí va la primera:
Trata de la firma de una sentencia de muerte sobre alguien que ha de firmar un rey (o emperador dependiendo de quien cuente la historieta) de la que no estaba de acuerdo al ser conocedor de su inocencia. Originalmente decía: «PERDÓN IMPOSIBLE, QUE SE CUMPLA LA PENA». Pues él, en un descuido de su primer ministro, pudo hacer un cambio de comas y firmó un: PERDON, IMPOSIBLE QUE SE CUMPLA LA PENA. Nunca un rasguillo de tinta valió tanto.
La otra cuchufleta habla de un señor que se presenta a un trabajo porque ha visto un anuncio en el periódico y el que le hace la entrevista le pregunta sobre sus capacidades y habilidades y dónde ha estado trabajando antes. Y este buen señor se encoge de hombros y le dice que no sabe hacer nada y que no ha estado trabajando en ningún otro sitio. El empleador le recrimina la cara que tiene por presentarse al puesto haciéndole perder su valioso tiempo. Y el otro saca con parsimonia de su bolsillo el anuncio del periódico que leyó y que por falta de pericia del maquetador decía:
SE NECESITA CAPATAZ.
INÚTIL
SIN REFERENCIAS
Tengan ustedes muy buenas noches. Siempre es un gustazo darse una vuelta por aquí.
Buenos días:
Con tizas de colores, los alumnos habían pintado en la pizarra un paisaje rural tailandés de bellos palmerales junto a una casa de campo que disponía de una explanada a su alrededor en la que se veían aperos de labranza, remolques, carros y una vieja camioneta.
Ya estaba el cuadro terminado cuando, a punto de hacerle la foto, el profesor se percató de que los carros que figuraban junto a la casa no eran del tipo que se utiliza en esas latitudes, así que llamó a su alumna predilecta –Blasita, por supuesto– y la hizo salir a la pizarra para que eliminase esos carros que no casaban con aquel paisaje asiático.
……….
Se me ha ocurrido traer hoy un juego que en realidad es un ejercicio lingüístico. Y lo he encajado en esta estupenda sección que abrió hace tiempo el señor Milord (por aquello de que se componen frases), porque me parece que mi propuesta va a tener poca continuidad y no se merece, por lo tanto, una entrada específica.
Se trata de construir frases que sean capicúas en cuanto a sus letras, es decir, de construir palíndromos.
Como sabéis, hay palíndromos muy cortitos, como por ejemplo el nombre de mujer Ana, el del conjunto musical Abba, etc., y en cambio hay otros que constituyen frases de varias palabras, como este palíndromo tan conocido tan conocido que hasta el DLE lo cita como ejemplo:
Dábale arroz a la zorra el abad.
Entonces, invito a todos los blasiteros a que si tienen un ratito de lugar intenten formar algún palíndromo y nos lo presenten (no vale copiar de internet, ja ja, que hay muchísimos) y si el contenido tiene alguna relación con este café, mejor aún.
Empezaré yo, sin vergüenza (separado) con uno, para dar ejemplo:
¡A ti! ¡Sal! ¡Borra cada carro, Blasita!
Pero tened en cuenta que muchas veces desechamos algunos de ellos porque nos parece que la frase resultante no tiene sentido, es decir que es una tontería o una burrada. Y a esto yo digo que no, que no hay que desechar ninguna frase, ya que, con un poco de imaginación, siempre habrá una explicación que la justifique (explicación que no es necesaria, aunque yo, garrulador por naturaleza, haya querido darla). Así que adelante, chicos, sin miedo.
Un abrazo. 🙂