DEFINICIÓN:
La obsolescencia programada es la determinación o programación de la vida útil de un producto para que al cabo de un tiempo programado se vuelva inservible u obsoleto, es decir, la reducción deliberada de la vida de los productos con el fin de incrementar su consumo.
Estamos ante productos fabricados expresamente para no durar, nacidos con una fecha de caducidad corta y fijada.
REFERENCIAS:
La bombilla de Livermore lleva ciento catorce años encendida y aún funciona. Esto es lo que yo llamo bombilla de larga duración y no lo que se vende ahora como tal.
Comprar, tirar, comprar. Documental coproducido por TVE. Desde la bombilla de Livermore y la impresora con el chip que establece un número máximo de impresiones, pasando por el cartel Phoebus, Bernard London, Brooks Stevens, las medias de mujer sin carreras, los automóviles, la demanda que Pritzker ganó a Apple sobre las baterias de los primeros iPod y los desechos enviados a África, hasta un resumen de las iniciativas existentes para combatir esta práctica. No perdérselo.
Hecho para tirar: la irracionalidad de la obsolescencia programada. Serge Latouche. (Octaedro, 2014. ISBN 9788499214443).
ALGUNAS PRÁCTICAS:
Materiales y componentes rompibles. Recuerdo cuando la misma lavadora estaba en nuestra cocina décadas y décadas con algún remiendo ocasional a un coste razonable. Ahora las diseñan para durar justo el periodo de garantía —solamente de dos años— y, con suerte, seguir funcionando algún año más sin que las reparaciones sean tan costosas que la compra de una nueva resulte más rentable.
¿Por qué, por ejemplo, el estropajo o la bayeta de la cocina cada vez duran menos?
Aparatos electrónicos y baterías. Se merecen un apartado aparte. ¿Por qué tener que cambiar un ordenador portátil o un móvil cada poco tiempo? Aparte de la obsolescencia técnica hay que destacar la psicológica. Los fabricantes promueven la compra de nuevos productos, más de moda. Se incita a los consumidores a que compren lo más nuevo, no ya porque sus teléfonos móviles o cualquier otro aparato que posean no funcionen, sino porque se han quedado obsoletos. Para animar a los indecisos diseñan las baterías para que duren poco más de un año.
Fortificación. Hornos microondas, iPhones y otros tantos electrodomésticos o aparatos electrónicos están protegidos ante todo intento de apertura con herramientas comunes. Las carcasas son una muralla inexpugnable que impide cualquier incursión enemiga y solamente herramientas específicas propiedad del fabricante son capaces de traspasarlas.
Piezas de repuesto. A uno se le rompe un cajón del frigorífico a los cinco años de su compra. Demasiado tarde para encontrar el repuesto fácilmente. ¿Por qué no se fabrican, e incluso se van retirando, los repuestos de los modelos que ya no están a la venta?
Cremalleras, deshilachado y bolitas. Prendas de vestir y calzado. El plástico y los remates de una bolsa para guardar mantas se pueden conservar bien, pero ¿de qué sirve esto si su cremallera se estropea después de unos cuantos usos? Unos pantalones que están perfectos, pero a los que la cremallera les empieza a fallar a los pocos meses. En casos como estos el cambio de cremallera puede llegar a resultar más caro o complicado que la mera sustitución del producto.
Un abrigo de buena marca que empieza a hacer bolitas al poco tiempo o una camisa que se empieza a deshilachar después de los primeros lavados y puestas. ¿Por qué la mayor parte de las prendas de vestir o los calzados de hace un par de décadas se conservan mejor que casi cualquiera de hoy en día?
El término «desgaste» ya no está tan asociado al uso continuado a lo largo del tiempo, sino que ha adquirido un carácter de inmediatez. Hace unos treinta años no se contemplaba la posibilidad de que una prenda de vestir de calidad diera la impresión de usada en un tiempo récord.
Automóviles. Olvidémonos de los coches que duraban media vida. Ahora quien compra un coche sabe que lo tendrá que cambiar en no muchos años porque si espera demasiado, ya no le darán nada por él y el mantenimiento y los arreglos le saldrán más caros que invertir en la compra de un vehículo nuevo. El lanzamiento de modelos nuevos cada año promueve una prematura obsolescencia.
OPINIÓN:
El consumo en su estado puro. El objetivo es fabricar y distribuir productos efímeros. Las leyes lo toleran o los gobiernos cierran los ojos ante su incumplimiento en la práctica. También se buscan las vueltas: ¿que hay leyes que prohíben enviar residuos de aparatos electrónicos al tercer mundo? Se declaran como productos de segunda mano y ya está.
Pero ¿realmente es la obsolescencia programada rentable para las empresas y bueno para la economía global? Movimiento de dinero, aceleración de la economía: al menos a corto y medio plazo sí lo es. Se argumenta que la economía se ralentizaría peligrosamente sin la aplicación de esta práctica y que muchos trabajos desaparecerían. Sin embargo, creo que el mayor consumo a corto plazo no asegura una economía sana. ¿Es ético gastar dinero en diseños destinados a acortar la vida útil de los productos? La ética no parece ser una de las prioridades de la economía mundial.
El impacto medioambiental en la forma de residuos y despilfarro de energía, la falta de satisfacción de los consumidores y el desprestigio de las marcas: la cara menos amable de la obsolescencia programada. Una producción ilimitada en un planeta con recursos limitados.
Cualquier información adicional u opinión son bienvenidos y agradecidos.
¡Muchas gracias, Madri y Milord! ¡Y de nuevo a Nibbles y Chileno!
Qué curioso lo de los ovnis, Chileno y Madri. Gracias. Con tantas cosas flotando en el espacio, ya uno no se puede fiar de nada.
A mí me parece que el problema es que en este caso el cambio requerido en la economía sería radical y global y supondría un replanteamiento de la vida de todos. Como dice Chileno, habría que pensar en el futuro y creo la tendencia está en evitar pensar en el futuro no próximo o cercano.
En lugar de invertir grandes sumas de dinero en planificar cuidadosamente la economía para que los productos duren el tiempo —reducido— establecido y acordado entre las empresas del sector, yo creo que también se podría invertir en la mejora de los productos y en el reciclaje laboral. Es cierto lo que dice, Milord: en bastantes casos los trabajadores perderían su trabajo. Pero, digo yo, habría que reciclarse y esto tampoco sería nuevo. ¿Quizá se tendría que esperar a otra revolución industrial? Pienso que todos sabemos que los recursos naturales son limitados y que si seguimos en esta línea, antes o después estamos abocados a la autodestrucción. ¿O hay alguna forma de alargar lo inalargable? Encantada de oír vuestras opiniones, como siempre.
Lo que comenta Madri de aprovechar los tapones de plástico para hacer asfalto da idea de que el reciclaje funciona. Sé que esto es un granito de arena en una playa de kilómetros y kilómetros, pero aun así yo creo que un poco es mejor que nada.
Hola Blasita:
Con los del ovni: Uno no está acostumbrado a ver volando esas cosas, así que es natural cuando uno divisa algo que no puede inmediatamente determinar que es, lo más seguro es que si está en el aire, es que uno piense algo raro…
😀
Primero que nada, la pérdida de trabajo se produce igual, sin importar si el producto es duradero o no. Piensa que en el momento en que se remplazan humanos por robots que ensamblan lo que sea, se perdió el elemento humano sin importar la caducidad del producto.
Por otro lado, si las cosas fueran hechas para durar, incluso para siempre, aún así se vendería el mismo producto nuevo a las nuevas generaciones, donde abuelo, padre e hijo necesitan del mismo producto sin tener la posibilidad de compartir, etc.
Saludos.
Gracias por tu comentario, Chileno.
Pues sí, lo de las máquinas reemplazando humanos sigue extendiéndose y sin freno. Las máquinas no te piden días libres ni aumentos de sueldo —de hecho no cobran—. Está claro que es más rentable tener un humano que cree un programa y a otro para su mejora o para tratar con su posible mal funcionamiento que pagar a un departamento entero de atención al cliente. El otro día nos volvimos a quedar sin conexión a internet y el número que esta compañía telefónica pone a disposición del cliente para averías es una simple máquina. La otra vez simplemente tecleé el número de teléfono, me registró la avería y me colgó. Me costó una semana y cientos de llamadas a otros teléfonos el que me atendiera una persona que me hiciera caso. Parece que entre avería y avería, la máquina «ha aprendido» a hacer más cosas y, así, esta vez me pedía que pusiera el cable, lo quitara, probara tal y cual. El problema es que solamente se guía por ceros y unos para interactuar contigo; si no son esas las opciones válidas para ti o necesitas comentar cualquier cosa, te quedas con las ganas. Lo que más me sorprendió es que al final me lo arreglara —tengo que admitir que no daba un duro por ello— y que me pidieran una valoración de la atención recibida (de la atención ofrecida por la máquina).
Hola Blasita:
Allí es donde tengo problemas con la automatización. Mientras algunas personas alegan que hay gente que está recibiendo platas sociales sin trabajar y uno se dice que en realidad los que alegan tienen razón, porque ¿cómo va a ser posible que con mi dinero que bastante trabajo me cuesta producirlo, se mantenga a gente que no trabaja? Suena razonable. El problema es que con todo esto de la automatización la cesantía se ha agudizado y ya no hay tanto trabajo para todos ni menos a sueldos con los que se pueda sobrevivir, ni pensar en «vivir». No me puedo imaginar con que burrada van a salir en el futuro para toda esa gente cesante que no «quiere» trabajar.
Gracias de nuevo por tu comentario, Chileno. Que tengas una buena tarde.
Holas a todos
Aquí les dejo un video interesante que tal vez conozcan ya. Trata, entre otras cosas, de la obsolescencia programada y su origen y efectos nefastos en nuestras sociedades: La historia de las cosas. El anterior enlace conduce a una versión con subtítulos. También hay doblaje al español.
En estos días me niego rotúndamente a comprar un nuevo teléfono celular (movil). Ya no me sirve como modem de mi portatil, y cuando hice el reclamo al operador me respondió: «Sí señor, por favor comuníquese con el fabricante para solucionar este problema». ¡Malditos!
Muchas gracias por esos enlaces y tu comentario, Ukimix. Y, de nuevo, ¡bienvenido! Una alegría verte por aquí.
Yo no conocía ese vídeo, es muy interesante. Completo y didáctico.
Yo también me alegro de verte, Ukimix, y me ha encantado el vídeo. Entiendo muy poco de economía global pero así, «explicada para tontos», hace que ahora me sienta menos ignorante. ¡Es que es incomprensible! O por lo menos, injustificable.
Creo que muchos hemos pasado por el dilema que comentan al principio del vídeo. Vemos un producto cuyo precio es ridículamente bajo teniendo en cuenta todo el proceso de fabricación, distribución etc. Se nos pasa por la cabeza que ahí no puede haber «comercio justo». Nos preocupa que algún pobre chino/indio/africano/incluso vecino nuestro esté trabajando en condiciones indignas para que nos llegue esa ganga. Luego miramos el saldo de nuestra cuenta, vemos cuánto nos están robando los peces gordos por todos los lados y concluimos que no nos queda otra. Si no, no llegamos a fin de mes.
Perdón. Supongo que no debería hablar en plural. Pero confieso que a mí sí que me ha pasado.
No me considero muy consumista. Una buena parte de nuestra comida la cultivo yo, la moda no me apasiona, en cuanto a tecnologías, sigo en el siglo 20. Aún así, veo que estoy metida en ese sistema y caigo en muchas de sus trampas.
Ojalá me deis una solución más fácil y más efectiva , pero me parece que no solucionamos esto metiéndonos con ese sistema ya establecido, sino aportando ese granito de arena individual que a veces parece tan fútil.
Un saludo a ti, Uki, y a todos.
Sí; en este mundo algunos se han tomado demasiadas atribuciones sobre nuestras propias vidas. Creo que el video tiene razón en decir que hay cosas por hacer en contra del consumismo y de estos gobiernos que funcionar más para las grandes corporaciones que para la gente.
Hay que reducir el uso de los recursos naturales y en general de todo tipo de útiles; o buscar maneras de usar menos cosas obteniendo los mismos resultados (o mejores). Reciclar, reutilizar (el enfoque de las tres eres). Son cosas que podemos hacer en nuestras casas y que ayudan a que mejorar las posibilidades de los que vivimos y viviran en este mundo. Todo lo que plantea sobre las energías alternativas y las demás cosas nos pueden ayudar. Debemos practicarlas cuando sea posible y también formar a nuestros hijos con una conciencia de toda esta problemática.
Cada vez que tengo que comprar una cuchilla de afeitar y sé que Guillet y todos los otros tienen la tecnología para crear cuchillas que duraran muchos años sin perder su utilidad me siento frustado y molesto. Y lo mismo con las otras cosas. ¿Sabían que hay una bombilla que lleva 110 años de encendida en una estación de bomberos de california y no se ha apagado? Aquí una nota sobre el tema. … Qué malditos estos consumistas de …., ¿no? (Y no digo las palabras que se me vienen a la mente porque viene la web-master y me expulsa :p 😀 )
Un pequeño comentario lingüístico sobre el título: obsolescencia programada no es nacer ya cáduco, sino nacer o venir a la existencia un producto con una fecha de caducidad inferior a la que la tecnología disponible podría ponerle; esto es, con menos vida útil de la que nuestros conocimientos y tecnologías podrían darle al producto.
Buenos días:
Vuelvo por aquí para darte las gracias que te debía por este último comentario, Ukimix, y para añadir otro caso que creo que puede considerarse parte de este mundo de la obsolescencia programada.
Últimamente he notado que algunas marcas acortan más y más los dispensadores interiores de ciertos productos, tales como jabones líquidos de manos, cremas para el cuerpo y limpiacristales. Adjunto una fotografía de un suero fisiológico: como se puede apreciar, el tubito de plástico no llega a la parte de abajo del todo del recipiente. ¿Por qué tener que desperdiciar parte del producto, todo el que queda en la parte de abajo? Parece que se hace el dispensador más corto de lo normal para vender antes otro envase. En el caso de, por ejemplo, el jabón líquido, lo podemos abrir y echar en la mano, pero de esta forma es difícil que no salga el producto a borbotones. En el caso de los goteros, como este del suero fisiológico, no hay forma de aprovecharlo porque es para instilar, no para echar a chorro.
Saludos para todos.