Hola, amigos:
A los que seáis aficionados al ajedrez (sobre todo a los finales de partidas, como me ocurre a mí) os propongo estos dos problemillas de mi invención, a fin de que si tenéis ganas de pensar en otra cosa para variar, echéis un rato en su resolución y me la comuniquéis sin tardanza para que yo os dé ese magnífico premio que siempre es una buena enhorabuena. 🙂
Ni que decir tiene que vosotros podríais hacer lo mismo, o sea, plantear problemas de vuestra cosecha o sacados de alguna publicación, indicando la fuente. (Se le irían poniendo números correlativos, claro).
Pero sí os aconsejo que el desenlace no precise más de dos movimientos ya que, a partir de tres, la cuestión se complicaría mucho por la cantidad de hipótesis que conllevaría, y no sería apropiado plantearlas y discutirlas en este medio. Ánimo y al jaque.
Un abrazo.
Buenos días:
Esta vez no se trata de problemas del juego de ajedrez sino de problemas del juego de damas.
Si lo comparamos con el de ajedrez, el juego de damas es muy simple y apenas se presta a tácticas que impliquen combinaciones de movimientos más o menos complicados. Por ello, mi opinión es que no merece la pena abrir una sección dedicada exclusivamente a problemas de damas (je, je), ya que sería una entrada con muy poco contenido. (Y si me equivocase –porque publicaseis una buena cantidad de casos–, Blasita lo arreglaría en un plis plas, seguro).
Como es sabido, la finalización de la partida difiere respecto de la del juego del ajedrez, ya que en éste no hay que eliminar al rey sino que basta con tenerlo en jaque e inmovilizado, y en cambio con las damas para terminar la partida hay que «comer» hasta la última ficha y por lo tanto, hacer una jugada más. Eso quiere decir que, por ejemplo, ganar en tres jugadas, en damas, equivale a ganar en dos jugadas, en ajedrez.
Y por si a alguien le apetece, ahí van esos dos problemillas:
Muchos abrazos.
Este es el nº 1: (de los problemas, no de los abrazos).
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Y este es el nº 2:
Buenas tardes:
Por si no recordáis bien las reglas de este juego con respecto a la captura de las piezas contrarias, voy a indicar lo siguiente:
Siempre que un jugador pueda capturar (comer) una pieza del contrario tiene la obligación de hacerlo. Si no se da cuenta de esa posibilidad, el otro jugador debe advertírselo e indicarle cuál es la ficha que tiene que comer. Es decir que eso de «soplar» una pieza por no haber comido es una variante «casera» que no obstante está muy extendida y que por ello podría admitirse, pero en todo caso lo deben decidir ambos jugadores antes de comenzar la partida.
Cuando hay posibilidad de comer más de una pieza contraria en la misma jugada, es obligatorio hacerlo hasta el número máximo posible. Por ejemplo, en el tablero que he insertado (lo siento por el tráfico, Blasita), la dama blanca no puede detenerse en la casilla c5 después de comer la primera pieza negra, sino que tiene que seguir comiendo. Por lo tanto, desde c5 debe continuar la jugada y saltar a a7 o bien a f8 (ambas jugadas serían válidas porque con cualquiera de ellas comería dos piezas, o sea, el máximo número posible en este caso).
La dama no puede moverse en vaivén, y eso quiere decir que no podría saltar a c5, después volver a g1 y a continuación ir a a7. Ni hacer el recorrido g1 –> c5 –> a7, ni tampoco el de c5–> a7–> g1. O sea que la dama puede moverse en un sentido o en otro a lo largo de la línea en la que esté situada y también cambiar a otra línea perpendicular si en ella hay alguna pieza que pueda comerse, pero no puede volver sobre sus pasos en la misma línea.
Ánimo, chicos.
Voy a tener que bajar donde mi vecinito a que me dé una clase práctica. Ni a las damas sé jugar, ¿será posible?
No hay prisa. Aquí te espero. 🙂
Buenas noches.
🙂
A poco que me descuide no voy a encontrar a nadie que me enseñe a mover las fichas del juego de las damas.
Contaba con mi vecinito, el que sabe bastante de ajedrez, pero el angelito tiene la agenda a tope. El lunes, cuando sale del cole, tiene que ir a Inglés; el martes tiene clases de refuerzo de Euskera; el miércoles su mamá lo lleva a judo; el jueves tiene que ir al logopeda porque no pronuncia muy bien las eses; el viernes su papá lo acompaña a clases de Informática. Y cuando vuelve a casa, todos los días, tiene que hacer deberes. El sábado, por lo general, va con sus papás a ver a sus abuelos y el domingo, el pobre, entre la catequesis y un poco de bicicleta por el parque se le pasa el día. Como comprenderéis, no iba yo a robarle ni un segundo de esos escasos momentos que tiene para estirar las piernas.
Teniendo en cuenta que apenas tiene nueve años, ¿no os parece que su ritmo de vida es insano y podría considerarse maltrato infantil? Cuando me cruzo con él por la escalera ya no lo miro con los mismos ojos, me da una pena…
Que tengáis dulces sueños.
Buenas tardes:
Qué lastima de chiquillo. Entre unas cosas y otras, el pobre está siempre en jaque.
Y digo yo, volviendo al tajo, que debería dar las soluciones de esos dos problemas, ¿no? Es por si alguien está interesado (?), y también por dejar ya zanjado este capítulo. Pues venga.
Nº 1:
Primera jugada de las blancas: la dama que está en f2 pasa a g3. La respuesta obligada de las negras es la captura de la pieza que se acaba de mover, o sea que la dama negra que está en h2 come y se sitúa en f4.
Segunda jugada de las blancas: La dama que está en a7 se sitúa en d4. La respuesta también obligada es la captura de esta pieza por parte de la dama negra que está en e5, que después de comer se situará en c3.
Después de estas jugadas, sólo queda una dama blanca (que está en e1) y 6 damas negras, que están situadas en c3; c7; f6; f4; b2 y d6.
Tercera y última jugada de las blancas: Su dama come las seis damas negras, una tras otra, siguiendo el orden indicado en el apartado anterior. Se queda sola en el tablero y, por lo tanto, victoriosa.
…………….
Nº 2:
Primera jugada de las blancas: La dama que está en f8 pasa a g7.
A continuación la dama negra tiene que moverse y lo puede hacer desplazándose a cualquiera de las siguientes casillas:
Por la parte inferior del tablero, a h4; f2; e1; o h2.
Por la parte superior del tablero, a c7 o b8.
Segunda jugada de las blancas:
a) Si la dama negra se coloca en una casilla de la parte inferior del tablero, la dama blanca que está en h6 se podrá colocar «a tiro» de ser comida por la dama negra, cualquiera que sea la posición que ésta ocupe (de la cuatro indicadas).
b) Si la dama negra se coloca en la parte superior del tablero, la dama blanca que está en a3 se desplazará a d6, es decir que también se pondrá «a tiro» de ser comida por la pieza negra.
Como es obligatorio comer el máximo número de piezas posible, tanto en el caso a) como en el caso b) la dama negra deberá comer la pieza que tiene en su línea y además una de las dos que están situadas en la diagonal central (la dama que está en g7 o la que está b2, es indiferente).
Si la segunda pieza comida por la dama negra es la que está en g7, la tercera jugada de las blancas será la de pasar la dama que está en b2 al rincón, o sea a a1. A continuación, como la dama negra está en el rincón opuesto y le toca mover, se ponga donde se ponga será comida por su oponente. Y sería similar si la última pieza comida por la dama negra fuese la que está en b2, ya que al comer se quedaría arrinconada en a1 y su oponente se situaría en el otro rincón «a verla venir» porque sería su turno para mover.
Por lo tanto, si en un tablero sólo hay dos damas, una de cada color, y cada una está situada en un rincón de la línea central, es obvio que va a perder aquella que tenga que mover, luego en este caso tener la mano no es una ventaja sino todo lo contrario. Y es tan obvio, que no haría falta hacer la última jugada, PERO… en este juego hay que hacerla, son las reglas, lo cual quiere decir que este problema no es de 3 jugadas sino de 4 (me he dado cuenta ahora que lo estoy explicando), y por ello pido humildemente perdón a la distinguida concurrencia.
En fin, señoras y señores, ustedes lo pasen bien, tengan una buena noche, sean muy felices… que yo me voy ahora mismo a la calle para que me dé el fresquito en el rostro y se me bajen los colores.
Un abrazo. 🙂
Buenas tardes:
Por mi parte darte las gracias por proponernos juegos tan currados e interesantes como estos, Robin.
Supongo que habré visto jugar a las damas o que incluso pude llegar a jugar alguna vez de pequeña, pero no lo recuerdo. Sí que recuerdo haber jugado con una tía mía a las damas chinas, donde no se comen piezas en sí. No me acuerdo bien ni de cómo jugar y tengo que decir que esos problemas tan estupendos que nos planteaste eran algo complicadillos para mí. Siento no haber podido colaborar en su solución. Gracias de nuevo por regalarnos tus juegos y comentarios.
Después de leer las soluciones que ha aportado Robin, me he tirado un buen rato tratando de que los ojos dejaran de hacerme chiribitas. Y luego dice que el juego de las damas no es tan complicado como el ajedrez, madre mía, por poco caigo en la trampa…
Yo, como Blasita, no recuerdo haber jugado a las damas. Sin embargo, tengo grabadas en la memoria muchas tardes de invierno, al calor de la lumbre, sentados en el suelo de la cocina y jugando a la lotería con una perinola. No sé muy bien cómo era, pero recuerdo los cartones y un saquito de tela verde de franela. Cómo nos lo pasábamos los críos.
Y al dominó, fijaos, los niños jugando entonces al dominó. ¿Serán los viejos que yo veo ahora en los bares moviendo fichas aquellos niños de entonces? Claro, ahora me lo explico. Siempre había pensado que era juego de mesa de bar para personas mayores, pero pasaba por alto que las personas mayores fueron una vez niños.
Muchas gracias, Robin, por tu intento. Sigues siendo un maestro.
Un abrazo a todos